viernes, 19 de abril de 2013

Estudiantes de Chile dicen: "A detener el golpismo en América Latina" - COMUNICADO



 Los acontecimientos de los últimos días en Venezuela constituyen un momento decisivo en la lucha de clases en la región latinoamericana. La negativa de la oposición derechista de aceptar su derrota electoral –a diferencia de gobiernos regionales de derecha como el de Colombia o el de Chile que ya reconocieron al gobierno- dio el puntapié inicial para la violencia golpista, con el asesinato de militantes chavistas y miembros de sus familias en distintas partes del país. Además, se ha quemado buses, sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela, Centros de Salud y se atacó sedes de los canales de televisión Telesur y Venezolana de Televisión.
Esta situación nos obliga a la acción y reflexión profunda, que como izquierda libertaria y revolucionaria se debe condecir con el desarrollo político e histórico de nuestro pueblo en su lucha constante por su liberación. La clase dominante, comprendiendo que las formas democráticas ya no le son útiles para la defensa de sus intereses, pretende frenar el proceso venezolano que durante 14 años ha desarrollado el pueblo de nuestro país hermano, y que sin duda le ha devuelto la dignidad y ha desarrollado en él un enorme potencial revolucionario.
En nuestro país, y en todo el continente, los mismos que no han tenido asco en el pasado en echar por tierra la democracia liberal para hacer valer su poder, cierran filas con el “Caprilismo” intentando legitimarlo, dándoles su apoyo para derrocar al gobierno bolivariano y desatar el terror y la represión. Todo esto con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, que guardan silencio ante la violencia y presionan para un reconteo de votos que la oposición ni siquiera ha solicitado oficialmente al Consejo Nacional Electoral.
Pero esta situación es también un llamado de atención para el campo popular, ya que en las estadísticas no fue poca la gente que sólo algunos meses después del último triunfo electoral, se decantó por la oposición esta vez. Ya surgen voces dentro de las filas bolivarianas que llaman a profundizar el proceso, a darle más protagonismo a las masas organizadas y a combatir la incipiente burocracia que surge en algunos sectores del aparato estatal. Es la autocrítica la que le devolverá la vitalidad y el empuje a las filas revolucionarias, y permitirá ganar a los sectores del pueblo necesarios para construir una mayoría hegemónica que no se exprese sólo votando, si no que en la construcción cotidiana del poder popular y el socialismo, en momentos en los que el imperialismo y la reacción buscan sacar cuentas alegres luego de la muerte de Chávez y el retroceso electoral.
Para nosotros es indispensable defender el proceso político del pueblo venezolano frente a la amenaza de la reacción imperialista, pero este apoyo será levantando en alto las banderas propias de nuestra tradición política y que le dan la potencia de convertirse en una alternativa revolucionaria, sobrepasando el dogmatismo y analizando cada proceso desde una perspectiva crítica.
Hoy más que nunca nuestra solidaridad y apoyo recae en la confianza en que el pueblo venezolano es capaz de defender su proceso tal como lo ha hecho desde que repletó las calles de la capital en 1989 en el caracazo, tal como en abril del 2002 enfrentó el primer intento de golpe de Estado en contra del proceso. Tengan por seguro que la juventud latinoamericana estará junto a la lucha del pueblo venezolano, porque no aceptaremos que se repita lo sucedido en Honduras y Paraguay, porque no aceptaremos nunca más que la muerte sea la herramienta de los poderosos para detener los cambios que los pobres necesitamos.
¡Viva el pueblo venezolano y su revolución!
¡Por el comunismo y la Libertad!
¡Arriba los y las que luchan!

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