Sabemos
que la derecha esta desesperada, ya que ven en estas elecciones una
nueva oportunidad para ocupar la presidencia, a la cual aspiran sin
éxito los últimos 14 años porque Venezuela despertó y sabe que
revolución y socialismo son un dupla irreversible.
Pero
no debemos descuidarnos. Antes del 14 de abril grupos vinculados al
candidato opositor ya venían preparando un escenario de
desestabilización, que según palabras del mismo presidente de la
Mesa de Unidad Democrática Ramón Aveledo durará seis años (el
período constitucional de 2013-2019).
Lo que veremos intensificarse a partir del 14/4 es una campaña permanente para debilitar al presidente electo Nicolás Maduro y al proyecto socialista. Esta campaña será impulsada por diversos sectores antichavistas y apátridas apoyados por grupos económicos y mediáticos (que no dudan en promover zozobra con notas alarmistas y tendenciosas como denunciamos activamente esta semana) internos y externos.
Lo que veremos intensificarse a partir del 14/4 es una campaña permanente para debilitar al presidente electo Nicolás Maduro y al proyecto socialista. Esta campaña será impulsada por diversos sectores antichavistas y apátridas apoyados por grupos económicos y mediáticos (que no dudan en promover zozobra con notas alarmistas y tendenciosas como denunciamos activamente esta semana) internos y externos.
Cómo
comenzaron?
A
través de diversas notas publicadas estos días en medios digitales
e impresos han comenzado a instalar que el gran ganador de la
contienda (así el CNE declare ganador a Nicolás Maduro) es en
realidad Henrique Capiles, no solo por haberse consolidado como líder
de la oposición sino por haber incrementado los votos obtenidos en
2012 (votos que alegan provienen de chavistas que ahora desconocen a
Maduro como líder). Como señala Noticias 24 en su edición digital
del 18/4: "Ramos Allup: el gran problema del oficialismo es que
700.000 votos se fueron al enemigo". Esta afirmación sería
defendida, según Ramos Allup incluso por los propios chavistas.
“Es
obvio que busca deslegitimar a Maduro, que según los pronósticos de
la derecha enfrenta un cuadro muy difícil en el plano económico y
social”, explica por su parte el periodista y analista político
Manuel Felipe Sierra. Según él, la elevada inflación -la más alta
de América Latina-, el desabastecimiento de algunos productos
básicos, la devaluación del bolívar, la escasez de divisas y los
niveles de violencia van a obligar a Maduro a tomar “decisiones
duras que podrían derivar en ingobernabilidad en un futuro”.
A
estas declaraciones se suman las emitidas por medios internacionales
para abonar el clima de incertidumbre. La tesis de la crisis política
e institucional es esgrimida sin cuidado por CNN y el Nuevo Herald en
sus ediciones de hoy: “Al parecer, el miedo está creciendo entre
los venezolanos, sin importar por quién votaron. Las amenazas del
gobierno contra la oposición se vuelven más ominosas a cada
instante”.
Y
eso nos lleva la segunda cuestión. Lo que viene es una oposición
que se victimiza.
A
pesar de la incitación a la violencia (que dejó un saldo de 8
muertos, cientos de heridos y daños), el candidato perdedor H.
Capriles y otros integrantes de la mal llamada mesa de Unidad
Democrática intentan desdecirse. A pesar de que continúan haciendo
llamados violentos denuncian supuestos atropellos y persecusiones
sufridas de parte del oficialismo. Noticias 24 reseña en su edición
digital del 17/4 que Antonio Ledezma acusa al chavismo de intentar
dar un golpe parlamentario por los incidentes ocurridos ayer en el
recinto parlamentario.
Por
ahora “tiene que seguir con la estrategia persuasiva de cara a la
opinión pública nacional e internacional para mantener la duda
razonable sobre la veracidad de los resultados”, comenta John
Magdaleno.
El
diario Nuevo Herald reseña hoy en su web que Maduro forcejea bajo
una crisis de legitimidad, “porque las maniobras del gobierno para
eludir el recuento de los votos de los comicios del domingo carcomen
las aspiraciones de legitimidad del régimen bolivariano, mientras la
mitad de los venezolanos creen que les robaron la elección y el
chavismo trata de silenciar los gritos de fraude con represión y
encarcelamientos”. Para justificar esta afirmación mencionan
supuestos abusos de la guardia nacional y de los cuerpos policiales
locales, aunque curiosamente no hace alusión a los 8 muertos y
cientos de heridos que deja como saldo el ataque feroz de la derecha
a casas de particulares, centros de salud, casas del PSUV y centros
de distribución de alimentos durante las horas posteriores a
conocerse los resultados de la elección.
Según
hemos visto los últimos meses la avanzada neoliberal no solo tiene
defensores en Venezuela, como lo evidencia el encuentro realizado el
mes pasado en Buenos Aires para dar un nuevo impulso al
neoliberalismo en América Latina. Por eso, quiénes defendemos el
proyecto socialista y revolucionario impulsado por el Comandante
Chávez estamos llamados a partir de este momento no solo a defender
a quién será nuestro líder los próximos seis años sino también
a estar atentos ante los seguros embates que la derecha fascista
seguirá impulsando. Pero el pueblo ya lo dijo este domingo, lo que viene es más socialismo.
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