Luego
de que el ex candidato de la ultra derecha Henrique Capriles Radonski
desconociera los resultados electorales del domingo 14 de abril, la
madrugada del lunes 15 comenzaron a circular declaraciones como
”nosotros no vamos a reconocer un resultado hasta que se abran
todas las cajas, el pueblo venezolano merece saber la verdad ... este
es un Gobierno ilegítimo”. Con ese tono se convocó a un
cacerolazo nacional para ese lunes a las 8pm para "hacer sentir
nuestra rabia” y se mandó a “movilizar a las oficinas del
Consejo Nacional Electoral para exigir el conteo voto a voto”.
Simpatizantes de la oposición se lanzaron envalentonados cacerola en
mano
para trancar avenidas en diversas ciudades del país.
Esta
furia deja 8 compañeros y compañeras asesinados en manos de
los seguidores de la ultra derecha, azuzados por el desquiciado
llamado del pseudo líder opositor, quién no hace más que abrir un
nuevo capítulo en la historia de golpes orquestados por el fascismo
en contra de la democracia y la legítima expresión del poder
popular.
Declaración
de fraude electoral, solidaridad internacional al grito de fraude,
guerra civil, pronunciamiento de par de militares y de sectores
empresariales del país, todo esto replicado exponencialmente por las
corporaciones de información transnacionales, el escenario perfecto
para justificar el golpe de estado fascista ¿no les parece conocida
la historia? Este mismo guión fue utilizado en numerosas ocasiones
en la historia reciente de Venezuela y del continente, basta recordar
en el 2002 el golpe al comandante Chávez, 2009 Honduras, 2010
Ecuador, 2011 Intervención militar en Libia y 2012 en Paraguay. En
cada una de estas oportunidades las víctimas las pone el pueblo.
Por
lo menos 8 personas murieron asesinadas, todas ellas
militantes
del chavismo: José
Luis Ponce Ordóñez, de 45 años de edad, carpintero, camarada
del
PSUV y miembro de la milicia bolivariana, murió de un tiro en la
cabeza, Rosiris del Valle Reyes Rangel de 44 años de edad falleció
de un balazo en la espalda, Hender José
Bastardo,
de La
Morita de Cumanacoa estado Sucre muerto de
un
disparo,
Henry Rangel La Rosa de Táchira, murió de un disparo, Kever
Guevara, oficial de la Policía Nacional Bolivariana, en San
Cristóbal, estado Táchira, Luís
Eduardo García Polanco, muerto de un disparo, en las adyacencias de
una oficina del CNE en Zulia, el niño Rey
David Sánchez y Johan
Antonio Hernández Acosta,
ambos fueron
atropellados
por
un camión que embistió contra una celebración por el triunfo de
Maduro en el estado Zulia.
Grandes
víctimas de la violencia fueron también
las
misiones sociales, Centros Médicos de Barrio Adentro y Mercales,
producto
del ataques clasistas e intolerantes
generados
irresponsablemente por la derecha y apoyados por la
maquinaria comunicacional
golpista.
A
estos hechos se
suma el
asedio y
ataque a
las casas
de
diferentes autoridades de los poderes públicos venezolanos,
de
los medios
públicos de comunicación, medios
de
comunicación comunitarios
y sedes del
Partido Socialista Unido de Venezuela en algunos estados
del
país.
Es
claro que existen dos matrices
en desarrollo, la del odio inoculado por la campaña comunicacional y
la búsqueda intencionada y
sistemática
de generar una guerra civil.
Ante
esto la reacción del pueblo organizado y consciente ha sido
fundamental para garantizar la resistencia del proceso
revolucionario, igualmente es imperiosa la unidad y contundencia de
las instituciones públicas para garantizar el hilo constitucional y
la no impunidad ante estos crímenes y la injerencia transnacional.
No debemos olvidar que el cerebro y operador intelectual de estos
planes dirige desde el norte. Hoy más que nunca es de vital
importancia la concertación a la unidad Nuestramericana.
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